dimarts, 11 de gener del 2011

Una brisa empezó a soplar


Me costó mucho despertar de ese sueño llamado desilusión. No encontraba mi sitio en este mundo lleno de confusión y destrucción, tenia la sensación de vivir en un invierno glacial.

Un invierno que ya duraba años y me tenía atrapado, necesitaba que llegara el verano, por eso me quise levantar y salir de mi habitación, mirarme en el espejo y ver que algo había cambiado.

No fue fácil ver los cambios, pero con ellos o sin ellos tenía que salir de allí. Tampoco fue fácil encontrar la salida pese a estar en mi propia casa, las puertas que se abrían no me llevaban a ningún lugar y me estaba dando de bruces contra la realidad.

Fue entonces cuando me di cuenta que debía ampliar mi horizonte y pensar en otra salida, y en ese momento fue cuando una brisa empezó a soplar. La salida tenía que estar por ahí, seguí la cálida brisa y me llevo al exterior.

El exterior era un lugar frío. La brisa cálida no hacía más que apaciguar el crudo invierno, pero algo estaba cambiando, el sol brillaba de manera diferente y aparecían los primeros brotes verdes. Intenté disfrutar del día pero faltaba algo.

No sabía que me faltaba pero cuando llegó la noche la encontré, brillaba igual o más que el sol, me quede observándola hasta que empecé a soñar. Ella siguió allí mientras yo soñaba con tocarla, y sentirla cerca de mi.

Un sueño que me dio energía para seguir luchando y resistir hasta la llegada del verano. Seguía haciendo frío, pero ya no hacía la misma mella en mi.

Vuelve a brillar una luz en mi interior.

1 comentari:

Anònim ha dit...

molt bonico pau