Llevaba unos días, semanas, meses, un poco oscuros. Esos que pasas cuando tienes una ruptura sentimental o cambias de etapa en tu vida y pasas de ser un feliz y despreocupado adolescente juvenil a tener que buscarte la vida e intentar crecer como persona. Vamos, dar un paso hacía adelante.
En esta etapa de mi vida me he llegado a engañar muchísimo a mi mismo, creyéndome mis propias mentiras. Mentiras que me tenían estancado y varado en una playa desierta. Pero a veces cuando sube la marea y consigues salir de ahí, consigues ver más allá de tus cuatro paredes y es ahí cuando te das cuenta de que realmente estás encerrado en tu propia prisión, en tu propia auto-complacencia y no ves nada más.
Ahí es cuando te das cuenta de que estás encerrando, de que necesitas soltar peso de ese equipaje que todos llevamos, maletas llenas de vivencias, de recuerdos, de historias, de lo que tu quieras, pero en definitiva un peso que te va anclando y te hace caminar más lento, te hace perder el tiempo, que una vez te deshaces de él puedes retomar el paso firme y seguro.
Unos pasos que debes dar sonriendo, con seguridad, y con ganas, sobretodo con optimismo. Aunque estés en el peor de los casos. La verdad últimamente veo cosas sorprendentes que me hacen pensar que en esta vida todo es cuestión de pasión, es decir, de ganas de hacer cosas, de evolucionar y crecer.
Hoy he leído unas frases que ha escrito una amiga que me han hecho pensar "joder, cuanta razón":
En esta etapa de mi vida me he llegado a engañar muchísimo a mi mismo, creyéndome mis propias mentiras. Mentiras que me tenían estancado y varado en una playa desierta. Pero a veces cuando sube la marea y consigues salir de ahí, consigues ver más allá de tus cuatro paredes y es ahí cuando te das cuenta de que realmente estás encerrado en tu propia prisión, en tu propia auto-complacencia y no ves nada más.
Ahí es cuando te das cuenta de que estás encerrando, de que necesitas soltar peso de ese equipaje que todos llevamos, maletas llenas de vivencias, de recuerdos, de historias, de lo que tu quieras, pero en definitiva un peso que te va anclando y te hace caminar más lento, te hace perder el tiempo, que una vez te deshaces de él puedes retomar el paso firme y seguro.
Unos pasos que debes dar sonriendo, con seguridad, y con ganas, sobretodo con optimismo. Aunque estés en el peor de los casos. La verdad últimamente veo cosas sorprendentes que me hacen pensar que en esta vida todo es cuestión de pasión, es decir, de ganas de hacer cosas, de evolucionar y crecer.
Hoy he leído unas frases que ha escrito una amiga que me han hecho pensar "joder, cuanta razón":
"...el valor de las cosas no está en el tiempo que duran, sino en la intensidad con que suceden. Por eso existen momentos inolvidables, cosas inexplicables y personas incomparables...".
Y esto otro:
"hay personas que aparecen justo en el momento oportuno porque así tiene que ser para formar parte de nuestra aventura... hay cosas que nacen y que siempre permanecen...".
Personas, vivencias, cosas, da igual, la vida esta llena de sorpresas, no puedes permitirte el lujo de estar lamentándote, de estar parado. Hay que salir, hay que sonreirle a la vida e intentar ser feliz, porque si no lo intentas nunca lo serás.
Sonreír es fundamental, sonreír te da energía, sonreír hace que los demás te sonrían. Sonreír te hará más feliz.
Sonríe a la vida.
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