Ha venido el frío y con él esa bofetada que te pega cuando recién salido a la calle te da esa brisa de viento en tu cara, la única parte que ya no cubres.
Esta mañana se ha juntado ese frío con la humedad característica de Valencia, que hace que se te cale hasta los huesos, que hace que tengas los píes como piedras, que ni una manta solucione el problema. Pero pese a él, tu tienes que seguir haciendo cosas, aunque estarías más agusto debajo de una manta con tu tacita de chocolate, con tu jersey de cuello alto, con un libro, con una buena película, o con una buena serie... pero no tienes que salir a la calle y afrontar al frío.
Hay cosas que aun haces por obligación, ir a trabajar, o y a la facultad, pero y esas cosas que haces por el mero gusto de hacerlas? como ir al gimnasio, en donde la calefacción, aunque los radiadores estén quemando, brilla por su ausencia, solo se consigue entrar en calor, debajo de la ducha con el agua caliente... pero luego vuelves a la realidad. Después de esa ducha caliente hay que salir cambiarse y darse de morros contra el frío otra vez.
Y es que por mucha ropa que te pongas, no consigues evitar pies fríos o manos frías... y si te pilla fuera de casa, donde puedes encender una estufa, solo te queda el calor humano, aquel que te hace sentir tan bien cuando tocas con unas manos frías unas manos calientes.
Frío mucho, frío.
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